En la mayoría de los casos es muy difícil conversar con los familiares sobre el cáncer. ¿Cómo se puede abordar este asunto? Para empezar, es importante que usted sepa que el cáncer es una enfermedad provocada por una alteración en los genes; esa modificación de los genes causa una secuencia de eventos en las células de un órgano que terminan en el desarrollo de un tumor maligno. Esto no significa que el cáncer sea hereditario. Solamente del 5% al 10% de todos los casos de cáncer son consecuencia de una alteración genética hereditaria, o sea, transmisible de padre o madre a hijo o hija.
Los casos de cáncer temprano (en pacientes menores de 50 años) causan una preocupación aún mayor. Puesto en esta situación, es muy importante que el paciente converse con su médico sobre el riesgo de que se trate de un cáncer hereditario. La orientación/decisión sobre la necesidad de hacer pruebas genéticas debe ser tomada en conjunto por el oncólogo y/o un especialista en estudios genéticos.
En estos casos, la mejor prevención continúan siendo los exámenes de rutina; mamografía, autoexamen, examen clínico, APE, tacto rectal y endoscopía, entre otros. El médico podrá orientarlo sobre la edad en que sea necesario empezar a hacerse esos exámenes.
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