Muchos pacientes manifiestan algunos cambios y dificultades en su vida sexual durante y después de un tratamiento contra el cáncer. La sexualidad es uno de los pilares para la edificación de una vida con calidad. ¿Ya trató usted de hablar con su pareja al respecto? ¿Qué atención le ha puesto a este asunto? ¿Ha pensado en la cantidad, la calidad, la ausencia, la disminución de la libido, la falta de voluntad, el miedo y la inseguridad que pueden surgir? ¿Qué opina de conversar con su médico para conseguir la ayuda de un especialista?
Es posible que durante la quimioterapia, la disminución de la libido sea uno de los efectos colaterales. Las consecuencias no son iguales para todos, pero las eventuales alteraciones hormonales pueden tener influencia en su comportamiento sexual. Las mujeres, por ejemplo, pueden sufrir amenorrea, que es la ausencia de menstruación, o disminución de la lubricación vaginal. Estos cambios en el organismo exigen cuidados especiales. El que quiera vivir esta fase de su vida con tranquilidad debe saber a qué profesional de la salud acudir, y qué tratamientos pueden administrarle.
Las molestias provocadas por esta fase del tratamiento causan, generalmente, ansiedad que puede llegar a la depresión. Por medio de una orientación terapéutica, esos problemas pueden ser superados con relativa facilidad, eliminándolos o reduciéndolos, y no permitiendo que lleguen a convertirse en un cuadro depresivo.
Las modificaciones que sufre el cuerpo durante el tratamiento y el estado de ánimo del paciente acaban por tener consecuencias para la vida de la pareja. Crea usted que esas dificultades pueden ser superadas, y que usted encontrará nuevas formas de convivencia íntima tan satisfactorias como las que ya tenía. ¡No deje esta cuestión de lado!
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