Consumo de Tabaco

Introducción


¡PUEDE dejar de fumar!

Usted quiere dejar de fumar. Probablemente habrá oído, y su médico le habrá comentado, que el tabaco aumenta el riesgo de padecer enfermedades del corazón, y que las personas con estas enfermedades que además fuman tienen un riesgo muy alto de morir antes.

Y si fuma, también es mayor el riesgo de sufrir enfermedades de pulmón y ciertos tipos de cáncer. Ya sabe que fumar es un hábito difícil de dejar.

Está preparado para intentarlo, pero probablemente le vendría bien algo de ayuda.

Para ayudarle a abandonar el hábito, en la sección de la izquierda encontrará un método para hacerlo paso a paso, con consejos para ayudarle a superar este proceso.

Hay consejos para evitar la tentación (y qué hacer si cae en ella) y para no engordar.

Tómese unos minutos para echar un vistazo a estas sugerencias, y elija luego las que le vayan bien.

Quizá necesite algo de tiempo para encontrar la combinación adecuada para usted, pero


¡Usted PUEDE dejar de fumar!

Paso 1: Prepárese para dejar de fumar

Tome la determinación positiva de dejar de fumar. Trate de evitar pensamientos negativos acerca de lo difícil que va a ser. Haga una lista de todas las razones (de salud y de otro tipo) por las que debe dejarlo.

Señale una fecha para dejarlo. Quizás un día especial, como su cumpleaños o el día de Año Nuevo, y comprométase con esa fecha.

Si fuma mucho en el trabajo, quizás prefiera dejarlo en vacaciones, para volver al trabajo como un no fumador declarado.

Sea realista. Dejarlo no es fácil, pero tampoco imposible. Cabe esperar que note síntomas de abstinencia como irritabilidad, sequedad de boca y sensación de hambre, mientras su organismo se adapta a la ausencia de la nicotina, pero eso es temporal y sólo dura una o dos semanas.

Será la peor época para usted, y necesitará de todos sus recursos personales (fuerza de voluntad, familia y amigos, y los consejos de estas páginas) para superar con éxito estos difíciles momentos.

Esté preparado para afrontar situaciones "desencadenantes" durante los tres primeros meses. Por ejemplo, los acontecimientos inesperados especialmente estresantes son las ocasiones en las que automáticamente las personas buscan un cigarrillo, porque asocian el tabaco con la relajación.

Aunque quizá no esté preparado para tal acontecimiento, es importante que se dé cuenta de que, si ocurre, puede verse tentado a encender un cigarrillo. Recuerde que fumar es un hábito, pero un hábito que se puede romper.

Coincida con un amigo o familiar. Pídale a un amigo o a su cónyuge que deje también el tabaco; así los dos tendrán un apoyo.

Dígale a su familia y a sus amigos que lo está dejando, y desde cuándo. Pueden ser una importante fuente de apoyo antes y después de dejarlo.

Tenga en cuenta que la mayoría de los fumadores que logran dejarlo sólo lo consiguen después de varios intentos. Quizá usted sea uno de los que lo logran al primer intento.


Pero si no es así, No abandone, !!! intentelo de nuevo !!!

Paso 2: Cambie de costumbres

Antes de que llegue el día en que ha decidido dejarlo, puede cambiar sus costumbres de fumador de varias formas, para que le sea más fácil convertirse en exfumador.

Haga que fumar le resulte incómodo. Deje de comprar el tabaco por cartones. Espere a que se acabe un paquete antes de comprar otro. No lleve el paquete encima en el trabajo ni en casa; así le será difícil conseguirlo.

En vez de coger un cigarrillo de forma automática, fume sólo cuando le apetezca de verdad. No encienda un cigarrillo sólo por costumbre.

Tome conciencia de cada cigarrillo utilizando la otra mano o poniéndolos en un sitio inhabitual, para romper el hábito mecánico de cogerlo.

Pruebe a mirarse al espejo cada vez que enciende un cigarrillo: quizás decida que no lo necesita. Y si no vacía los ceniceros, le recordarán claramente los cigarrillos que fuma al día. ¡La vista y el olor de las colillas serán muy desagradables!

Trate de reducir el número de cigarrillos. Decida cuántos cigarrillos va a fumar cada día, y cuándo. Posponga una hora el primero del día. Luego, fume sólo la mitad de cada cigarrillo.

Cambie sus hábitos de las comidas para evitar fumar. Por ejemplo, si suele fumar con el café, pruebe a tomar un zumo o agua en su lugar.

Pruebe a cambiar a una marca de cigarrillos cuyo sabor no le resulte tan bueno como el de su marca habitual. Luego, unas semanas antes de la fecha prevista, pásese a una marca baja en alquitrán y nicotina.

Esto le ayudará a cambiar su hábito tabáquico. ¡Pero no fume más cigarrillos, haga más inhalaciones o más profundas ni ponga los dedos en los agujeros de los filtros!. La idea es disminuir el consumo de nicotina, para que el organismo se acostumbre a la idea de funcionar sin ella.

Paso 3: Haga un intento

Para ir haciéndose a la idea, pruebe a salir sin tabaco en determinadas ocasiones.

Dígase a sí mismo que hoy no va a fumar, ¡Y NO LO HAGA! En lugar de pensar que no va fumar nunca más, piense que va a dejarlo un día en cada ocasión.

Limpie la ropa para quitarle el olor a tabaco, que puede quedar adherido durante mucho tiempo.

Paso 4: ¡Es hora de dejarlo!

Ha llegado el día en que había previsto dejar de fumar. Es un día muy especial parausted. Ha decidido introducir un cambio fundamental en su vida.

Es normal que note cierta ansiedad por lo que se le avecina. Aquí tiene algunos consejos que le serán de utilidad.

  • Deshágase de los cigarrillos y las cerillas, y haga desaparecer mecheros y ceniceros.
  • Vaya el dentista para que le limpie los dientes y le quite las manchas de tabaco.
  • Fíjese en lo bien que quedan y propóngase mantenerlos así.
  • Manténgase muy ocupado durante el gran día.
  • Vaya al cine, haga ejercicio, dé un largo paseo o monte en bicicleta.
  • Recuerde a su familia y amigos que hoy es el día de dejarlo, y pídales que le ayuden en los momentos difíciles de los primeros días y semanas.

Paso 5: Póngaselo fácil los primeros días

El periodo más difícil serán los primeros días. He aquí algunos consejos para superarlos.

  • Rodéese de un entorno limpio, fresco y sin humo, en casa y en el trabajo.
  • Cómprese flores: le sorprenderá cuánto puede disfrutar de su olor.
  • Pase todo el tiempo que pueda en lugares en los que esté prohibido fumar, como teatros, museos y grandes almacenes.
  • Beba grandes cantidades de agua y zumo de frutas.
  • Trate de evitar las bebidas que asocia con el tabaco, como el alcohol o el café.
  • Si echa de menos la sensación de tener un cigarrillo entre los dedos, coja otra cosa, como un lápiz.
  • Si echa de menos tener algo en la boca, pruebe con un palillo o con una boquilla. ¡Evite la tentación!
  • En vez de fumar después de las comidas, levántese de la mesa y lávese los dientes o dé un paseo.
  • Si siempre fuma mientras conduce, sustitúyalo por un programa de radio o, si es posible, utilice el transporte público durante una temporada.
  • Evite las situaciones que se asocian con el tabaco, como tomar un aperitivo antes de comer.
  • Limite temporalmente sus relaciones sociales a actividades saludables al aire libre o a situaciones en las que esté prohibido fumar.
  • Si se ve obligado a asistir a un acto social en el que se verá tentado a fumar, como una cena, trate de reunirse con los no fumadores.

Cuando las ganas de fumar sean insoportables, ¡dé el cambiazo!. Tenga a mano sustitutos orales en todo momento. Pueden ser zanahorias, manzanas, pasas o chicle sin azúcar. O pruebe este truco. Haga diez inspiraciones profundas y aguante la última mientras enciende una cerilla. Espire el aire lentamente soplando la cerilla. Imagine que se trata de un cigarrillo y aplástelo en el cenicero.

Otro buen sustituto del cigarro es una ducha o un baño. Esto le ayudara a aprender a relajarse de forma rápida y profunda. Relájese e imagine una situación tranquila y agradable. Concéntrese en esa imagen pacífica y en nada más.

  • Descubra nuevos hábitos y actividades. Resulta difícil fumar mientras se nada, se corre o se juega al tenis.
  • Pruebe actividades nuevas que exijan utilizar las manos, como hacer rompecabezas, punto o jardinería.
  • Trate de encontrar tiempo para lasactividades que le resulten interesantes, satisfactorias e importantes.
  • Y mímese: relájese mucho, descanse al máximo y preste atención a su aspecto.


¡Ha dejado de fumar!

Aunque se encuentre en el buen camino para convertirse en un ex-fumador, pueden quedarle algunas dudas y preocupaciones

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