La hipertensión arterial es un proceso médico frecuente que no causa síntomas evidentes y supone un riesgo para personas de cualquier condición.
Dado que usted no nota si tiene la presión alta ni sabe en qué condiciones funciona su corazón, quizás no entienda del todo por qué su médico se preocupa ni lo que usted tiene que hacer.
Afortunadamente, existen tratamientos a largo plazo para su problema, incluidos medicamentos modernos como el que le ha recetado el médico.
Pero para sentirse cómodo con su medicación probablemente quiera saber más sobre ella: qué hace y cómo actúa.
Algunos medicamentos, como el que le ha recetado su médico, son eficaces para más de un trastorno.
Estas páginas le proporcionarán información que le ayudará a conocer la hipertensión arterial y su corazón, y cómo adaptarse a su estado y al tratamiento que exige.
Cada vez que late, el corazón impulsa la sangre, que transporta oxígeno y nutrientes, a través de los kilómetros de arterias y venas del organismo.
La presión arterial es la fuerza ejercida por la sangre contra las paredes de las arterias.
Todo el mundo ha de tener cierto grado de presión arterial para que la sangre llegue a los órganos y músculos del organismo.
La presión arterial se expresa mediante un par de valores: 140/90 ó "140 sobre 90". Esto es así porque la presión que la sangre ejerce sobre las arterias no es siempre la misma.
Se alcanza la máxima presión cuando el corazón bombea. Entre latidos, cuando el corazón está en reposo, la presión desciende a su nivel más bajo.
Tanto la presión máxima como la mínima son importantes, y por eso la medición tiene siempre dos componentes. Los médicos llaman "presión sistólica" a la cifra más alta, y "presión diastólica" a la más baja. La presión arterial sana normal es inferior a 140/90.
Cuando la presión arterial sube demasiado y se mantiene así, con el tiempo puede lesionar las arterias y los delicados órganos internos del organismo: riñones, corazón, cerebro o partes del ojo. La hipertensión arterial también obliga al corazón a trabajar más, lo que puede terminar por modificarlo.
Los jóvenes también pueden tener hipertensión arterial. Aunque muchos casos de hipertensión no se diagnostican hasta después de los 60 años, la mayoría se desarrollan antes de los 45.
Hipertensión = presión arterial alta
La presión arterial alta (el término médico es "hipertensión") ejerce parte de su efecto perjudicial haciendo que el revestimiento de las arterias, que suele ser liso como un cristal, se vuelva áspero.
Cuando esto ocurre, es más fácil que las grasas y el colesterol entren por las paredes arteriales y lleguen a bloquearlas.
Tener la presión arterial alta, o hipertensión, no significa estar enfermo. Pero significa que está en una situación en la que puede enfermar si no adopta medidas adecuadas.
La hipertensión arterial no tratada supone un riesgo extra de padecer un ataque al corazón o un ictus.
El tratamiento adecuado para usted puede ser muy diferente al de otra persona. Algunas personas controlan la hipertensión arterial sólo con cambiar la alimentación y con ejercicio.
Puede que algún amigo suyo que padezca hipertensión sólo necesite perder peso y reducir el consumo de sal.
Aunque es importante introducir cambios en la forma de vida, en muchos pacientes no es suficiente. Su médico ha decidido que usted necesita además medicación.
En las próximas páginas aprenderá lo que puede hacer para controlar su presión arterial (y mantenerla bajo control).
Mi médico me ha dicho que tengo una hipertensión leve ¿Puedo olvidarme de ella?
La mayoría de las personas diagnosticadas de hipertensión la tienen en grado "leve". Pero hay que tratar toda hipertensión, por muy "leve" que sea.
La hipertensión leve daña las arterias un poquito todos los días. A la larga, quizá se encuentre ante un problema grave que podría haberse evitado.
Cuando se bloquea una de las arterias que alimentan al cerebro, el resultado se conoce como "ictus". Cuando se bloquea una de las arterias que alimenta a los músculos del corazón, el resultado es un "ataque cardiaco".
Para controlar riesgos innecesarios, piense en la salud global de su corazón: reduzca los esfuerzos a los que le somete y manténgalo sano.
Ejercicio: mantenga en forma su corazón
Su corazón es un músculo. Como cualquier otro músculo, necesita estar activo. Esa es una de las razones por las que el ejercicio es tan importante para estar sano.
Pregunte a su médico por el programa de ejercicio más adecuado para usted. El ejercicio que se suele recomendar es el ejercicio moderado durante 20 minutos tres veces por semana.
Muchas personas descubren que al principio les va bien con el ejercicio, pero al cabo de un tiempo encuentran razones para dejarlo. Descubrirá que resulta más fácil mantener un programa de ejercicio si incluye una actividad que le guste, y que se adapte a su rutina diaria.
La variedad también le ayudará a mantenerlo: quizás dar un paseo largo una o dos veces por semana y jugar al tenis con un amigo los fines de semana. Busque la variedad, haga lo que le apetezca, no empiece demasiado bruscamente. Y, sobre todo, ¡disfrute!
Perder el peso sobrante
Si pesa más de lo debido, su hipertensión puede empeorar. El organismo se ve obligado a mover más sangre, por lo que el corazón ha de trabajar más.
Si su médico opina que debe perder peso, pero a usted le ha costado mucho perderlo en alguna ocasión anterior, pida consejo a su médico sobre la dieta y el ejercicio y lo que es mas importante, sígalo!
Consejos para comer menos
Controlar la grasa: premio doble. La reducción de la grasa de la dieta, sobre todo de las grasas saturadas, le ayuda de dos formas:
Aperitivos adecuados:
Algunas personas pueden ingerir enormes cantidades de sal y tener una presión arterial normal; otras, con muy poca sal, son hipertensas. No hay forma de saber quién tiene una presión arterial sensible a la sal o al sodio sin probar primero una dieta pobre en sal. Si su hipertensión arterial es sensible al sodio, debe mantener un consumo de sal reducido.
Hay otros condimentos que pueden dar sabor a la comida. La clave está en vigilar la sal de los alimentos preparados que emplea al cocinar, como las sopas de lata. No es necesario dejar de comer bien para vivir bien.
En algunas personas (de hecho, en el 80 % de los hipertensos) no bastan la dieta y el ejercicio. Como usted, necesitan medicación a la vez que la dieta y el programa de ejercicio.
Los medicamentos actúan de diversas formas para ayudarle a controlar la hipertensión. Dos formas importantes son:
Su organismo necesita cierta ayuda para equilibrar cargas de trabajo de su corazón y la presión en los vasos sanguíneos. Por eso su médico le ha recetado medicación para la hipertensión.
Si la toma adecuadamente, puede mantener controlada la hipertensión. Recuerde que los medicamentos no curan la hipertensión como los antibióticos curan una infección del oído.
Pero en la mayoría de las personas son fundamentales para mantener controlada la hipertensión arterial.
Qué significa "controlar"
El uso de gafas no altera sus ojos, pero mientras las lleva ve bien y puede hacer su vida normal.
Controlar la hipertensión es prácticamente lo mismo: mientras siga el tratamiento, mantendrá la tensión arterial donde corresponde y podrá llevar una vida activa.
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