La mayoría de las personas infectadas por el VIH no tienen síntomas en la fase intermedia. De hecho, algunas permanecen asintomáticas durante 10 años y más. Esto se debe a que siguen reponiéndose las células CD4 destruidas por el VIH, lo que les permite hacer frente al virus, en algunos casos durante años. Sin embargo, el equilibrio de fuerzas entre el sistema inmunitario y el VIH se inclina finalmente a favor del virus, momento en el que aparecen los síntomas de infección más avanzada.
Aunque durante la fase intermedia parezca que no ocurre nada, el sistema inmunitario y el VIH tienen entablada una batalla feroz. Cada día, miles de millones de células CD4 son creadas y a continuación destruidas en la batalla contra el VIH. Cuando la destrucción de células CD4 comienza a superar la producción de nuevas células CD4, el equilibrio de fuerzas se inclina a favor del virus. Cuando esto ocurre, el sistema inmunitario se debilita y hace que el organismo sea vulnerable a las enfermedades definitoria del SIDA.
Depósito A
Depósito B
La analogía anterior representa lo que ocurre con las células CD4 en la fase intermedia de la infección por el VIH. La cantidad de agua que entra en el depósito A es la misma que la que sale del depósito a través de la llave; por lo tanto, se mantiene un nivel constante de agua. Del mismo modo, en un individuo que no está infectado por el VIH, las células CD4 se producen al mismo ritmo en que se destruyen y por ello su número en el organismo permanece relativamente constante.
Sin embargo, en una persona infectada por el VIH, el virus destruye una cantidad elevada de células CD4 (representadas por el agujero del fondo del depósito B). La cantidad total de agua que sale del depósito B, a través de la llave y del orificio supera a la cantidad que entra en el recipiente y, al final, el depósito se vacía y se queda seco. De un modo similar, cuando la destrucción de las células CD4 supera a su producción, ya no queda un número suficiente de células para combatir al virus.
Acuda al personal de salud responsable de su caso de forma regular para que pueda vigilar su cuenta de células CD4, su carga viral y su peso corporal. El personal de salud puede ofrecerle opciones terapéuticas como el tratamiento antirretroviral (medicamentos que impiden la reproducción o "replicación" del VIH). Al mantener la carga viral en niveles reducidos, el sistema inmunitario puede recuperarse aunque sea parcialmente y continuar su batalla contra el VIH.
El personal de salud responsable de su caso también puede remitirle a un psiquiatra u otro profesional con experiencia que le ayude a afrontar las dificultades personales que puede experimentar.
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